Mis disculpas a los seguidores del blog por mi ausencia durante las últimas semanas, debida a otras ocupaciones.
Mi regreso se ha visto precipitado por los hechos actuales que aparecen en todos los medios de comunicación y que han situado a la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ante una profunda crisis, cuyos efectos se advierten y advertirán, por desgracia, en su reputación. La crisis de una institución siempre es injusta para sus integrantes porque resulta general: sus efectos no distinguen entre los responsables de las causas de esa crisis y quienes ninguna relación guardan con ello.
Hace algunos días hablé por teléfono con un colega docente en esa Universidad. En la despedida, mi colega se lamentó con el lógico desánimo del daño que la historia del máster ocasionaba, entre otros, a quienes ocupan puestos docentes en esa Universidad.
Por lo que se refiere a sus profesores de Derecho mercantil, ese daño es sumamente injusto y así quiero señalarlo. La enseñanza del Derecho mercantil en la Universidad Rey Juan Carlos cuenta desde sus primero pasos, con muy cualificados protagonistas y colegas. Es un hecho notorio que se advierte en sus publicaciones y en la participación en tantas iniciativas comunes con mercantilistas de otras Universidades.
Esa es mi opinión. Lamento que buenos profesores universitarios se vean afectados por hechos ajenos a su actividad y, si sirve de algo, así lo hago constar.
Madrid, 13 de abril de 2018