Un reciente documento elaborado por las autoridades supervisoras europeas pone de manifiesto la compleja actualidad de los mercados financieros en este momento en el que se consideran superados los principales factores de la crisis financiera que estalló hace unos diez años. La EIOPA (European Insurance and Occupational Pensions Authority), EBA y ESMA están representadas en el Joint Committee Report on Risks and Vulnerabilities in the EU Financial System, que ha difundido en fecha reciente un documento en el que hace balance de los principales riesgos que amenazan a esos mercados y formula algunas propuestas sobre las políticas que deben aplicar los supervisores en los distintos mercados. Este documento continua la labor iniciada con similares estudios que se han ido difundiendo en los dos años precedentes.
A partir de la introducción del citado Informe cabe enunciar los principales riesgos. El primero tiene que ver con la valoración, por ejemplo, con respecto a determinados valores, a su volatilidad y a la falta de reacción ante procesos repentinos de revalorización o devaluación, sin que en algunos mercados se produzca una adecuada reacción ante esos hechos extraordinarios. En relación con el mercado bancario, aunque el Informe reconoce que se ha producido una adecuada depuración de la calidad de los activos en poder de un buen número de entidades, en los balances de entidades de crédito sigue existiendo un importante porcentaje de activos improductivos (non-performing loans-NPLs) que reclaman medidas que deben continuar ejecutando tanto las propias entidades como las autoridades supervisoras.
El segundo riesgo analizado tiene un componente político particular e histórico y sin duda relevante: se trata de las negociaciones en curso relativas a la forma y condiciones conforme a las que se producirá el abandono por el Reino Unido de la Unión Europea. El Informe alerta sobre los riesgos que para la estabilidad financiera y la confianza en los mercados pudiera llegar a tener que la negociación diera paso a un resultado “desordenado”. No cabe ignorar que se trata de una decisión política que afecta a uno de los principales mercados financieros internacionales.
El tercer riesgo también es perceptible para cualquiera, aunque el Informe subraya la trascendencia que su materialización implica. Es el riesgo que resulta de la vulnerabilidad del sistema ante la masiva y creciente dependencia de las nuevas tecnologías. Sin duda, las innovaciones tecnológicas en el sistema financiero han dado lugar a notables beneficios para los clientes e inversores, pero también plantean la necesidad de adaptar el principio de protección del inversor a esa dependencia tecnológica. A ello se suman las incertidumbres igualmente manifiestas para cualquier observador que acompañan a las nuevas monedas o divisas virtuales, cuya volatilidad ya ha sido advertida de forma repetida. Finalmente, la decisiva influencia que la aplicación de esas tecnologías tiene para la organización y funcionamiento interno de las entidades las hace vulnerables a ataques o fraudes por esa misma vía.
Por último, el cambio climático permite enunciar determinados riesgos para el sistema financiero, como ya se ha advertido en las reuniones internacionales al más alto nivel y como también han tomado en consideración algunos Estados europeos. El cambio climático ha dado lugar a hechos relevantes y que permiten augurar otros futuros que obligan al sector asegurador a replantearse la valoración de los riesgos y la cobertura de los mismos. La sustitución de una energía basada en notable medida en el carbón por otras fuentes también obliga a una revisión de los criterios de valoración en la financiación de las actividades en el sector energético.
Al amparo de todas estas consideraciones, el Informe concluye proponiendo determinadas políticas para las autoridades supervisoras europeas y para las propias instituciones financieras afectadas. Transcribo dichas políticas:
“1.- Against the backdrop of the potential for sudden risk premia reversals, the development and regular use of stress tests across all sectors remains crucial. EIOPA has recently published the results of its Occupational Pensions (IORP) stress test and ESMA the results of its Central Counterparties (CCP) stress test. Further stress testing activities for 2018 are underway. The EBA has launched the 2018 EU-wide bank stress test in January and EIOPA is going to run a pan-European insurance stress test in 2018. On the asset management side, ESMA is progressing on the conceptual development of its approach to stress testing in the asset management industry, including model-based stress simulations. Moreover, ESMA is developing guidelines for stress testing carried out by money market funds as well as guidelines for asset managers on liquidity stress testing in all funds.
2.- EU financial institutions and their counterparties, as well as investors and retail consumers should consider appropriate mitigation actions to prepare for the UK’s withdrawal from the EU in a timely manner. Such contingency planning should consider timely responses to all potential challenges, such as contract continuity and possible relocations. ESAs’ Opinions on these issues provide important guidance for financial institutions and national competent authorities in this regard.
3.- Supervisors should continue to encourage financial institutions to improve fragile IT systems, explore the risk that they are undertaking in the context of information security and address concerns about connectivity and outsourcing to third-party providers. To support this, ESAs continue to pay supervisory attention to these risks. ESMA envisages to further work to address cyber risk, through supervisory convergence activities, as well as its direct supervision work. In addition, ESMA is launching a supervisory project on cloud computing. EBA is developing Guidelines on the management of information and communication technologies (ICT) risks for institutions, and has issued guidance for the use of cloud service providers by financial institutions. EIOPA is currently conducting a qualitative exercise on cyber risk involving national supervisory competent authorities and the industry to obtain more insights into this new emerging risk. The survey focuses on issues related to underwriting of cyber insurance, covering topics such as cyber underwriting strategy, products, potential build-up of risks, among others.
4.- Financial institutions should be encouraged to take a more forward-looking approach to include sustainability risk in their governance and risk management frameworks, and to develop responsible, sustainable financial products. Moreover, supervisory authorities should enhance their analysis of potential risks related to climate change for the financial sector and financial stability. This also involves a stronger engagement of the ESAs in the area of climate change risks”.
Madrid, 13 de abril de 2018